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Las cosas que nadie me dijo sobre ser mamá
Maternidad

Cinco cosas que nadie me dijo sobre ser mamá

Un año después de convertirme en mamá de Little Monster me he dado cuenta que sí son muy útiles los libros, artículos y sitios web de bebés y madres, te quitan la mayoría de las dudas y ayudan a no fallar en esta misión para la que no hemos sido entrenadas.

Sin embargo, hay algunas cosas que no mencionan o temas que no se tocan por ser un poco “negativas” o que puedan bajarte los ánimos. He aquí las cosas que nadie me dijo sobre ser mamá:

Después de que nace tu bebé te conviertes en zombie

No vuelves a dormir una noche corrida en al menos 3 o 4 meses (o mucho más, dependiendo de cómo duerma tu bebé). Siendo una dormilona como yo, esto fue lo más pesado que tuve que soportar los primeros dos meses de Little Monster.

Cuando se levantaba cada tres horas a comer y en lo que le daba el biberón o pecho, le sacaba los gases, le arrullaba e intentaba cantar para que volviera a dormir y luego al estilo de Misión Imposible acomodarla de nuevo en el moisés se me iban al menos dos o tres horas de preciado sueño.

Y cuando por fin estaba acostada, trataba de dormir, iba al baño o por un vaso de agua y cerraba los ojos… en lo que parecían cinco minutos ya habían pasado las otras dos o tres horas y vamos de nuevo a repetir el ciclo. Afortunadamente mi hija salió dormilona como yo y desde los 3 meses duerme corrido toda la noche sin ningún problema.

Le vas a perder el asco a TODO

Después de limpiar por millonésima vez un pañal lleno de popó, quitar un moco que se asoma debajo de la nariz y terminar con el brazo lleno de baba de tu bebé, no existe ya nada que no puedas tocar o hacer.

Antes de tener a Little Monster yo era una persona normal demasiado sensible a los olores y los líquidos de dudosa procedencia, el solo hecho de escuchar a alguien a punto de vomitar o de oler algo que estaba empezando a echarse a perder me hacía ir corriendo al bote más cercano.

Sin quererlo, te conviertes en mamá de todos los niños

Antes de ser mamá podía leer noticias sobre accidentes, ataques o tragedias donde hubiera niños involucrados y me daba una profunda tristeza y angustia, como a cualquiera. Ahora, no voy ni a la mitad cuando ya estoy llorando y con el corazón apachurrado del dolor o el coraje que me provoca enterarme de esas cosas. Ni siquiera voy a mencionar ejemplos en este punto porque solamente de pensarlos ya siento que vienen las lágrimas.

Ver una peli completa se convertirá en todo un reto

¿Recuerdan los días en que sentarse a ver maratones de tu serie favorita en pijamas o hacer tarde de pelis con tu pareja o amigos era algo normal?

Lejos quedaron esos días en que era dueña de mi tiempo. Entre que debes ver la tele con el volumen más bajo de lo normal mientras duerme tu bebé, que si comienza a llorar y debes ir a atenderlo, o si ya camina estará constantemente intentando trepar encima de ti y taparte la cara (cuando normalmente jamás lo hace).

Y la que más me desespera: se duerme la niña, pones en silencio tu celular, te pones cómoda en el sillón, presionas play y cinco minutos después ya estás roncando y hasta babeando de lo mal acomodada que estás. En fin, situaciones e imprevistos que no ocurrían antes de ser mamá.

Sentirás que ese pequeño y diminuto ser humano absorbe toda tu energía

Hasta llegar a pensar que de pronto te desmayarás o que en cualquier momento caerás dormida donde te encuentres. Pero es algo que vale absolutamente la pena.

Soy Lucy, diseñadora, editora y mamá millennial. Amo escribir y compartir reflexiones, experiencias y consejos que puedan ayudar a otras mamás. Creo que la maternidad debe tomarse con una taza de café, mucho sentido del humor y un toque de amor propio. Me apasiona hablar de autocuidado, ocio familiar, libros y salud mental

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