Llegó el día: mi Little Monster comenzó su educación preescolar

Primer día de preescolar. Todavía no me termina de llegar el golpe de realidad de que mi bebé ya no es una bebé. Mi niña ha comenzado su preparación académica, lo que hace más real todo este proceso de crecimiento y desarrollo.

En el día a día a veces no nos damos cuenta de lo rápido que crecen nuestros hijos. Los días parecen largos pero en realidad pasan volando, y cuando llegan estos momentos es cuando nos damos cuenta de lo cortos que son los años.

No mentiré, me duele profundo en el pecho dejar ir a mi hija. Pero una de las múltiples lecciones que nos enseña la maternidad es aprender a soltar, dejar ir. Duele, es triste, pero también debemos verlo como algo positivo. Es una señal de que nuestros pequeños están comenzando a formar su propio camino paso a pasito y de que nosotros como padres vamos avanzando en la educación para hacerles personas autosuficientes y de bien.

Primer día de preescolar de Lucía, mi Little Monster. No mentiré, no fue fácil. Desde luego, hay post nuevo en el blog, link en bio 👆🏻 #MamáMillennial

Una publicación compartida de Lucy | Una mamá millennial® (@unamamamillennial) el 28 de Ago de 2017 a la(s) 10:55 PDT

Lucía estaba emocionada por comenzar las clases, pero al igual que yo, sintió el golpe de realidad al llegar a la escuela y saber que mamá se iría. No fue una bonita despedida, me dolió dejar a mi niña triste y llorando porque me iba. 

Nos acostumbramos estas vacaciones a estar juntas todo el día, a veces haciendo muchas cosas, otras veces pasando el día en pijama recostadas en el sillón. En realidad, fuera de los berrinches, que son comportamientos normales y naturales de su edad, las vacaciones a su lado fueron maravillosas.

Y aunque este primer día de clases no fue como lo esperaba, sé que ella estará bien. Adora su escuela y quiere a sus maestras, le gusta mucho ver a sus amigos. 

Por mi parte, supongo que eventualmente me acostumbraré nuevamente a estar sola en casa por las mañanas. Pero hoy, la extraño mucho y me suelto a llorar con cada mini calcetín o juguete que veo. Ya estoy contando las horas para ir a recogerla y recibirla con un gran abrazo.