3 lecciones que nos deja “Bad Moms”

Si me sigues en Twitter, sabes que el fin de semana -por fin- fui a ver la tan esperada y anunciada Bad Moms o El club de las madres rebeldes como le pusieron en español. La película por supuesto va enfocada a ver la maternidad tal como es: cruda, dura y sobre todo, imperfecta.

Es una comedia que estoy segura la mayoría de las madres amará y disfrutará porque se sentirá identificada en más de una ocasión ya que refleja lo que muchas deseáramos hacer: dejar de darle importancia a la opinión que tengan los demás de nuestro trabajo como mamás.

Pero además de ser una comedia donde nos reímos incluso de nuestras propias situaciones estresantes, Bad Moms nos deja 3 lecciones que yo considero muy buenas e importantes y que me alegra se hayan abordado en una película taquillera protagonizada por un grupo de reconocidas actrices.

(Si aún no has visto Bad Moms, te recomiendo que dejes de leer y regreses a continuar leyendo ya que la hayas visto, pues habrá algunos spoilers sobre la película en este post)

1. No existen las madres perfectas. Obviamente este es el mensaje principal de la película y que vemos en su máximo esplendor casi al final durante la escena del discurso de Mila Kunis para que voten por ella para ser la nueva presidente de la asociación de padres, donde enlista todas las razones por las que no es una mamá perfecta, logrando que las madres asistentes se sientan en confianza para comenzar a decir/confesar todas las cosas que no hacen a la perfección y que las convierten en una “mala madre”.
2. Las madres no renuncian. No importa si estás enojada, enferma, súper ocupada o al borde del colapso por agotamiento. Una mamá nunca renuncia. Es algo que viene en nuestro adn materno, ese impulso desde lo más profundo de nuestro ser que nos empuja a seguir trabajando por nuestros hijos, nuestra familia y por sacar adelante todo lo que sea importante para nosotras. Cuando sientas que ya no puedes más, toma un pequeño (o gran) descanso, y recuerda que solo es un mal día y pronto pasará.
3. Tu mamá tampoco sabía lo que estaba haciendo. Me encantaron esas tomas al final de la película donde vemos a las protagonistas acompañadas de sus madres, reflexionando sobre la infancia de las actrices y contando cómo ellas tampoco tenían idea de cómo ser madre, sin embargo todo lo hicieron lo mejor que pudieron y con mucho amor. A veces podemos sentir que nuestras madres hicieron una gran labor con nosotras y que no estamos a su altura o nos falta mucho para ser esas madres que lo saben todo, pero la realidad es que ellas alguna vez estuvieron en nuestro lugar y también batallaron y lloraron y quisieron tirar la toalla con nosotros. Son prueba fiel de que la maternidad es difícil pero que se aprende a dominarla con los años.

Obviamente la película al ser una comedia exagera algunas situaciones de la vida materna, pero además de disfrutar de unas buenas carcajadas, me quedo con estas tres lecciones de la película. ¿Qué opinas? ¿Ya viste “El club de las malas madres”?