El embarazo no siempre es bonito ni color de rosa
¿En qué piensas cuando escuchas o lees que alguien está embarazada? Si no tienes hijos o sobrinos cercanos, quizás venga a tu mente una mujer radiante, plena, “con brillo”, serena. Es una imagen linda, ¿no? Sin embargo, la realidad de muchas mujeres no podría estar más alejada de esa dulce y pacífica imagen que vemos por todos lados.
Sí, el embarazo es una etapa hermosa y llena de nuevas emociones, pero también puede convertirse en un verdadero sufrimiento para algunas. Por eso hoy quiero compartirte algunas realidades del embarazo, tanto lo bueno como lo malo, porque al igual que en la maternidad, durante el embarazo no todo es color de rosa.
La verdad sobre el embarazo
Empecemos por dejar las cosas en claro: el embarazo es una transformación extraordinaria y única que vivimos como mujeres. No lo voy a negar, ni voy a restarle todas las cosas buenas que le rodean. Pero me gusta hablar de las cosas como son en realidad. No se trata de quejarme o de asustar a embarazadas primerizas o futuras madres. Simplemente me gustaría que no pensaran lo mismo que llegué a pensar alguna vez: ¿por qué todas parecen disfrutar su embarazo menos yo?
Con todo el descontrol hormonal y el desarrollo del humano que estamos formando dentro de nuestro vientre, no es raro que pensamientos de inseguridad aparezcan en nuestra mente. Por eso escribo esto, porque quiero que si alguien se siente “rara” o “mala madre” por no disfrutar su embarazo o por desear que termine pronto, sepa que no está sola y que el sufrir durante un embarazo es más común de lo que se dice. Porque el embarazo no es color de rosa, al menos no siempre.
Lo que no te dicen del embarazo
Existen muchas cosas que nos dicen cuando estamos embarazadas: que estamos creando vida, que somos supermujeres, que es la mejor experiencia de nuestras vidas, y la lista sigue. Todo es verdad. Sí estamos creando una nueva vida, sí somos supermujeres y sí es una de las mejores experiencias de nuestras vidas. A mí en lo personal me maravilla e impresiona el saber que de mí, del interior de mi cuerpo, salió esa pequeñita que en estos momento está acostada durmiendo a mi lado mientras escribo. Es verdaderamente alucinante.
Pero también hay cosas que no te dicen. En muchos sitios hablan sobre los malestares que aparecen durante los nueve meses que cargamos a nuestros hijos dentro. Que si las náuseas, los mareos, el dolor de espalda, que si los ascos, los pies hinchados y demás molestias. Todo eso lo sabemos porque en todas partes los mencionan, acompañados de remedios sencillos, como si fueran síntomas ligeros que apenas notamos.
En la realidad, las náuseas y vómitos pueden hacerte bajar kilos y kilos porque resulta imposible probar bocado y te matas de hambre. El dolor de espalda y caderas puede volverse tan insoportable que te impide hacer cosas tan básicas y esenciales como darte una ducha sin sentir que te vas a deshacer en cualquier momento. Y que les digo de los ascos. Me hubiera gustado que alguien me dijera que evitara los supermercados, porque al primer vistazo de una lechuga o alguna ensalada, que fue lo que me dio asco durante mi embarazo, tenía que cubrirme la boca y salir corriendo en dirección opuesta. Ni en fotografía podía ver las dichosas ensaladas porque de inmediato sentía cómo se me volcaba el estómago.
Nadie te dice que tu cuerpo deja de ser tuyo. Que lo poco o mucho que te conocías a ti misma, se vuelve un acertijo imposible de resolver. ¿Podré comer esto sin vomitar? ¿Si me siento en esa silla podré levantarme? ¿Cuántas almohadas necesitaré para dormir medianamente cómoda esta noche?
Y si como yo, tienes la malísima suerte de tener una infección en vías urinarias durante el embarazo, dile adiós a tu vida. Porque no bastaba con no poder ir a cualquier parte porque me cansaba o me dolía la cadera. Ahora debía permanecer en cama durante semanas porque es algo delicado, que podría ocasionar un parto prematuro si no es atendida a tiempo.
¿Disfruté mi embarazo?
Honestamente, tengo una relación de amor/odio con mi primer embarazo. Por un lado odié tener que pasar semanas y semanas en cama, sin ir a trabajar ni salir de casa. Detestaba sentirme tan mal cuando se suponía que debía estar radiante de felicidad. Y sí que lo estaba, pero me sentía fatal.
Pero por otro lado, amé estar embarazada. Porque todo tiene su lado positivo, por más difícil que podamos sentirnos. Me encantó ver cómo mi panza crecía y crecía. Me encantó ir a las consultas y ver a mi pequeña creciendo con cada ultrasonido. Me encantó sentir sus piernitas y brazos moviéndose dentro de mí. Es una emoción indescriptible.
En general, podría decir que sí, sí disfruté mi embarazo, aunque no haya sido la experiencia de ensueño que esperaba. Deseo tener más hijos y no me molestaría volver a pasar por eso un par de veces más.
Así que si tú me lees y estás pasando o pasaste por un embarazo que no fue lo que esperabas, no te sientas mal. No estás sola. A veces estar embarazada apesta. A veces no tienes ese famoso “brillo”, sino litros y litros de sudor. A veces lo único que quieres es darle un puñetazo en la cara a todo aquel que te toque la barriga sin tu permiso.
No todos los embarazos son buenas experiencias, pero tampoco todo el embarazo es una mala experiencia. Hay cosas buenas y cosas malas. Quizás no puedo decirte que está bien o está mal si no te gustó tu embarazo, cada quien siente de manera diferente. Pero lo que sí puedo decirte es esto: al final, todo vale la pena, incluso si tu embarazo no es color de rosa.
Lucy, casi me has hecho llorar… parece que describes mis sensaciones y emociones tal cuales las tengo; y claro… ¡es de esperarse! porque como bien lo dices: la maternidad no es como muchas veces nos la pintan… en realidad es una etapa hermosamente difícil que, ahorita a mis casi 23 semanas, justo estoy experimentando y aunque ya lo viví hace 10 años, hay muchas cosas que he olvidado. Hace falta retirar más tabús de la sociedad y darle más valor y consideración a la maternidad – en especial el embarazo – porque no… ¡ no es nada fácil !
!Besos! y gracias por compartir información tan valiosa.
¡Hola Laura!
Somos muchas quienes nos sentimos así, pero nos da miedo decirlo porque se supone que debemos sentirnos radiantes y llenas de felicidad -lo cual desde luego sí sentimos- pero la realidad es que puede ser muy pesado y difícil para muchas.
Gracias por comentar, espero que estés llevando bien tu embarazo, ¡besos!