A veces olvido que eres pequeña
Lucía, mi amor chiquito, mi Little Monster. A veces olvido que eres pequeña.
Desde que eras una bebé siempre fuiste muy despierta, con una personalidad fuerte, no le temes a nada. Eres decidida, confiada y tienes un gran sentido del humor. Siempre me has sorprendido. Pero también, a veces esa madurez que veo en ti hace que olvide que eres pequeña.
Eres una niña inteligente, muy perceptiva y aprendes las cosas con una facilidad increíble. Muchas veces basta con que te enseñe algo una sola vez para que sepas hacerlo a la perfección después. Y por eso a veces olvido que eres pequeña.
Estás creciendo rápido, haciéndote cada día más independiente. Y me duele. Me duele horrible en el alma ver la velocidad con la que estás avanzando y desarrollándote. Siento que el tiempo se pasa volando y no lo estoy aprovechando al máximo. Pero en ocasiones lo olvido y me pasa lo opuesto.
A veces olvido que eres pequeña y me enojo porque no haces caso o por alguna travesura. Pero aunque seas muy inteligente para algunas cosas, no dejas de ser solo una niña que aún está aprendiendo y a la cual debo guiar.
A veces olvido que eres pequeña y me canso de explicarte que no pasa nada si me separo cinco minutos de ti para ir al baño. Pero aunque ya comiences a mostrarte independiente, aún necesitas de los brazos de mamá, esos brazos que deben estar y estarán para ti siempre que quieras venir a ellos.
A veces olvido que eres pequeña. Que el hecho de que ya quieras que te deje hacer muchas cosas sola, no significa que ya no necesites mis ayuda, pues aunque eres firme y decidida, para algunas cosas aún eres chiquita y te cuesta trabajo lograrlas sin ayuda de mamá.
El tiempo vuela. Un día realmente dejarás de ser pequeña. Y recordaré con nostalgia estos días, en los que aún me seguías a todos lados y me regalabas abrazos voluntariamente.
A veces olvido que eres pequeña, pero te prometo que cuando lo recuerde, aprovecharé al máximo cada momento a tu lado.
Foto Madre e hija en la cocina de Shutterstock