Soy más que una mamá: también tengo vida propia
También soy una mujer, que tiene sueños y aspiraciones, sentimientos y emociones. Al igual que todas, busco ser feliz y tener una vida que me llene de orgullos y satisfacciones.
Soy mamá, y me siento muy orgullosa de serlo, pero mi existencia no se resume solamente a ese papel. En realidad, es uno de los tantos roles que desempeño, porque ser madre no lo es todo. Me gusta tener vida propia, tener gustos e intereses que van más allá de la maternidad.
Por qué soy más que una mamá
Me gusta por ejemplo, salir por un café o a cenar con mis amigas sin hijos. Desconectarme un rato de la rutina y el estrés maternal, y conectarme de nuevo con ese mundo exterior del que a veces me olvido cuando soy mamá. Por eso mis amigas sin hijos son tan importantes para mí: porque además de nuestra amistad, son ese espacio que me ayuda a cambiar de aires de vez en cuando.
Me gusta también, escaparme al cine y ver películas para adultos, no solo películas infantiles. Lo mismo sucede con las series, puedo pasar horas viendo Masha y el Oso o Paw Patrol, pero también quiero y puedo ver cosas para mi entretenimiento, y por eso trato de buscar espacios en los que pueda relajarme un poco y ver algo gracioso en Netflix después de un largo día.
Me gusta experimentar con mi imagen como mujer y persona. Disfruto hacer cambios en mi cabello cada cierto tiempo, así como hacerme tatuajes y perforaciones nuevos, y eso no significa que sea una mala mamá o que sea menos capaz que las demás. Significa que tengo mi propia identidad y que me gusta mantenerla, porque es parte de mí y es una parte importante me hace ser quien soy.
Me gusta también asistir a conciertos y gritar o bailar como si aún tuviera veinte años, así como me gusta ir a bares con amigos y tener largas e interesantes conversaciones acerca de las bandas de música que nos gustan, mientras probamos unas cervezas artesanales que no conocíamos o simplemente bebemos lo mismo que hemos bebido toda la vida.
Tener vida propia, gustos o intereses fuera de nuestros hijos no nos hace malas madres. Es simplemente parte de nuestra esencia y de lo que somos, y yo soy más que una mamá. Algo que siempre predico en mis redes sociales y en mi blog, es el cuidarnos y amarnos a nosotras mismas. Y parte de ello, es no hacer menos o dejar de lado las cosas que realmente nos apasionan y nos hacen felices.
La maternidad es una experiencia maravillosa que vino a darle un extra o un plus a mi vida, pero no a reemplazar ni ocupar el lugar de la persona y la mujer que soy. Y como lo he dicho en muchas ocasiones: para que los hijos estén bien, primero debemos estarlo nosotras.
Foto de Stock Mujer feliz de file404/Shutterstock