Lo estás haciendo bien: un mal momento no te hace una mala madre
Querida mamá, lo estás haciendo bien. Todas las madres tenemos días buenos y días malos:
A veces despertamos con actitud ganadora, otras quisiéramos quedarnos en cama todo el día.
A veces la casa está en orden, otros parece campo de batalla.
A veces la suerte parece estar de nuestro lado, mientras que otras veces sentimos que todo nos sale mal.
A veces nuestros hijos se portan como angelitos, y otras veces pareciera que han sido poseídos por un ente extraño.
A veces nos ganamos el premio a la madre más paciente del universo y otras… bueno, nos sentimos la peor madre del mundo porque reaccionamos de una forma negativa y luego nos arrepentimos o sentimos culpables.
No estás sola
A todas nos pasa. Todas lo vivimos. Todas pasamos por momentos difíciles. Todas tenemos días en los que quisiéramos regresarnos arrastrando a la cama o huir un momentito de este caos llamado maternidad. ¡La presión que tenemos como responsables de unos pequeñitos es enorme!
Pero recuerda que no estás sola: malos días y malos ratos los tenemos todos. Y eso no nos define.
Lo que realmente nos define, es nuestra esencia. Nuestras ganas de seguir mejorando pese a todo y volver a intentarlo al día siguiente. El amor inmensurable que tenemos a nuestros hijos.
Hace tiempo le conté a mi psicóloga que hay días en los que tengo momentos difíciles o no tengo paciencia porque me siento muy mal y respondo de mala gana, para posteriormente pedirle perdón a mi hija por haberlo hecho. Y claro, ella me abraza y me dice que me perdona.
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Me sentía como la peor mamá del mundo por no estar siempre feliz o no ser esa mamá ultra paciente a la que solo le salen arcoíris y florecitas de la boca, hasta que mi psicóloga me dijo: “Esa capacidad de tu hija de decir ‘Te perdono’, es algo maravilloso y es el fruto de tu esfuerzo. Ella es tu triunfo, y de nadie más. Date ese mérito, estás criando una mujer fuerte, pero también amable y compasiva”.
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Y entonces entendí que a pesar de todo, no estoy haciendo tan mal las cosas.
Lo estás haciendo bien
Así que si tú también has tenido uno de esos días “feos”, quiero recordarte que no te guíes por eso ni le des tanto peso. Un mal día no te hace una persona fracasada. Un mal momento no te hace una mala madre. Eres humana, no robot. Eres real, no perfecta.
Sé más gentil contigo misma. Disfruta los días buenos y navega con amabilidad los días malos. Lo estás haciendo bien.