Autocuidado para mamás: desear tiempo para mí no me hace egoísta ni mala madre
Ya sé lo que deben estar pensando. Otra vez Lucy con lo del mentado autocuidado para mamás. Pues sí. Aquí estoy una vez más hablando de este importante y muy necesario tiempo que las madres necesitamos.
¿Y saben por qué? Porque aún existe mucha culpa entre las madres. Sí, tú sabes de lo que hablo. Ese sentimiento que se apodera de nosotros cuando intentamos hacer algo que no gire alrededor de nuestros hijos o no tenga que ver con nuestro papel de “mamá”.
El problema está en que ni nosotras mismas nos la creemos. En algún punto del camino se nos fue olvidando que también somos personas, somos humanas y al igual que cualquiera, tenemos necesidades. Y no hablo sólo de las necesidades físicas, sino de las necesidades emocionales y espirituales. El autocuidado para mamás es algo que debería normalizarse.
Como mamás es muy fácil olvidarnos de nosotras mismas. Pero nosotras también importamos. Nosotras también somos prioridad. Y debemos tratarnos con el mismo amor y dedicación que tratamos a nuestros hijos. Hasta me atrevo a decir que deberíamos hacerlo con mayor intensidad que a ellos.
Porque hay algo en lo que creo firmemente: para que nuestros hijos estén bien, nosotras debemos estarlo primero. Lo he dicho cientos de veces por todos lados, desde mi blog hasta mis redes sociales. Porque es la verdad y porque es algo totalmente comprobable.
Cuando una mamá se siente bien, se dedica tiempo a ella misma, a sus gustos e intereses, o simplemente a descansar, se nota. Se nota en el trato hacia sus hijos y hacia los demás. No rinde lo mismo una mamá cansada y descuidada que una mamá que dedica tiempo a ella, así sean unos cuantos minutos al día.
Esos minutos pueden hacer la diferencia entre tener más paciencia cuando tu hija te hace berrinche cuando ya le explicaste ochocientas mil veces lo mismo y sigue sin entenderlo, o perder la cabeza por completo porque estás cansada.
Qué he hecho para tener más tiempo para mí
En estos días he tomado un poco de espacio de muchas cosas. Me he enfocado en tres cosas y en este orden: en mí, en mi familia y en mi trabajo de manera exclusiva.
Liberándome y dejando de lado ciertos hábitos me he encontrado con más tiempo para hacer cosas que me gustan. En lugar de perder el tiempo haciendo scrolling en redes sociales, ahora salgo a caminar por las mañanas (lo hago por orden del médico pero eso lo hablaré en otro post) y escucho mi música favorita para llegar recargada a casa y lista para trabajar o hacer algo que me guste.
La idea es poco a poco ir haciendo cosas que me llenen y me hagan sentir bien. Cerrarle el paso al ruido del exterior y concentrarme en el interior, en lo que mi mente y cuerpo me están queriendo decir.
Los beneficios inmediatos del autocuidado para mamás
¿Saben de qué me he dado cuenta con estos pequeños cambios? Pues varias cosas:
- Me fijo menos en lo que hacen los demás. A veces cuando estamos cansadas o insatisfechas nos parece más fácil ver lo que hace el otro para criticarle y sentirnos mejor con nosotras mismas. Ver qué están haciendo los demás sin una intención productiva o de interés genuino es solo una pérdida de tiempo.
- Me es más fácil pensar de manera positiva. Con este enfoque exclusivo “yo-familia-trabajo” me resulta mucho más fácil tener una actitud positiva ante muchas cosas. Me ayuda a valorar aún más lo que tengo y que muchos no tienen.
- Me siento más feliz, con más buena vibra. No digo que haya estado envuelta en cosas malas. Simplemente a veces necesitamos desconectarnos de todo el ruido que no distrae y no nos permite concentrarnos en lo que realmente importa: nuestro interior.
Los hijos son prioridad, pero nosotras también, y probablemente la más importante. Creo que todas las mamás deberíamos desconectarnos de vez en cuando. Tener una especie de detox de todo lo que ocurre fuera de nosotras y de nuestra casa, para renovar energías, liberar la mente y quitarnos de encima un poco de todo ese estrés adquirido de otros lados.
Desear y querer esto no nos hace egoístas, ni malas madres, ni malas amigas. Nos hace humanas y verdaderamente confío en que echar un vistazo al interior cada cierto tiempo nos hace mejores personas.
¿Qué haces tú cuando necesitas sentirte mejor o recargar energías?