Amiga sin hijos: no te asustes cuando me quejo de la maternidad
Convertirse en madre, es entrar a un especie de club en el que, como en cualquiera, compartimos experiencias y anécdotas de la vida maternal. Pero también, es entender por primera vez lo que muchas mujeres con hijos sienten y piensan.
Sin embargo, cuando aún no tienes hijos, puede ser difícil comprender algunas cosas que las que ya somos madres decimos, como cuando nos quejamos en voz alta de nuestra maternidad. Así que este escrito va dirigido a esas amigas con hijos a las que les toca escuchar esto, porque más que una queja, es un desahogo.
Amiga, cuando me quejo de la maternidad…
No es porque no me guste ser mamá o esté arrepentida. Tampoco es porque no ame a mis hijos ni esté insatisfecha con mi vida. El camino que elegí, no siempre es fácil, y como en en cualquier trabajo, llega un punto en el que me siento cansada.
Sé que para ti puede ser difícil de comprender, al no estar en mi lugar. La verdad es que aunque me encante ser mamá y disfruto enormemente los beneficios que tiene la vida con hijos, la maternidad es una chinga. Maravillosa, pero sigue siendo una chinga.
Tendré días buenos y días malos. Días en los que siento que la maternidad es lo mejor del universo, a tal grado que incluso podría intentar convencerte de que tengas hijos o te animes a embarazarte antes del tiempo en que tienes planeado hacerlo.
Pero como sabes, me gusta hablar de la maternidad de forma realista, y aunque ser mamá es una experiencia increíble, también tiene su lado no tan bonito.
Hay días en los que me siento la peor mamá del mundo. Otros días, siento que soy un fracaso porque pienso que no estoy haciendo bien las cosas. Y hay otros momentos, en los que me siento tan exhausta de todo esto de ser mamá, que quisiera salir corriendo. Y ahí es cuando me escuchas quejarme.
¡Pero no te asustes! Cuando me quejo de la maternidad no pienses que me arrepiento de tener hijos, ni estoy convenciéndote de no tenerlos. Simplemente te tengo la confianza suficiente como para desahogarme contigo, y dejar salir un poco de esas emociones que en ocasiones me desbordan.
Así que por favor, si alguna vez me ves cansada o quejándome de mis hijos, no lo tomes a mal ni te asustes. Solo soy una mamá cansada, buscando un poco de empatía junto a mi amiga que tanto quiero.
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