Tu mamá tampoco sabía lo que estaba haciendo
¿Nunca se han sentido perdidas? En esto de ser madres, quiero decir. Pareciera que todo mundo tiene este asunto maternal bajo control y una es la única con cara de “no tengo idea de qué rayos debo hacer ahora”.
A veces, especialmente cuando vemos a madres que realmente no conocemos a fondo, pareciera que nacieron sabiendo ser madres. Que mágicamente cuando salió el bebé de la barriga, se activó el “modo madre” y ya sabían todo lo que había que saber.
Algo que quizás sintamos la mayoría de las que ya somos mamás, es que somos un fiasco comparado con otras madres. Especialmente con la propia. Esa mujer que nos gestó, parió y cuidó nuestros primeros años de vida hasta que pudimos hacer todo por nosotros mismos. Esa mujer con un corazón inmenso y un amor inagotable. Sí, hablo de esa mujer que lo sabe todo.
Pero te tengo una noticia: tu mamá tampoco sabía lo que estaba haciendo.
Este lugar en el que te encuentras en este momento, también lo vivió tu madre. Ella también se sorprendió al saber que venías en camino. Ella también te llevó en su vientre durante nueve meses. Ella también sufrió dolores de parto o tuvo que pasar por una cesárea, o ambos. Ella también sintió una emoción indescriptible al conocerte. Y ella también sintió miedo.
Miedo de no saber qué hacer con este pequeño ser humano que ahora estaba a su cargo. Miedo de equivocarse y en lugar de protegerte, hacerte daño. Miedo de fallarte como madre. Todos esos miedos y dudas que tú sientes o sentiste al convertirte en madre por primera vez, tu mamá también los sintió. Esto que ahora te encuentras viviendo, tu mamá también lo vivió. Y por esto quiero decirte dos cosas:
Valora lo que hizo tu madre por ti. Hoy eres una mujer adulta a la que ella crío y educó como mejor pudo hacerlo. No le juzgues y agradécele. Que nadie nace sabiendo ser madre, y el día de mañana, el lugar que hoy ocupa tu mamá, lo tomarás tú.
No te asustes, no te agobies. La maternidad es territorio desconocido para todas. Nadie nace sabiendo ser madre. Es algo que vamos aprendiendo sobre la marcha, a prueba y error, pero siempre haciendo las cosas con amor. Tú puedes y eres capaz de hacer mucho más de lo que te imaginas por amor a tus hijos.
Nunca dudes de ti, de tu instinto, de tu poder y de tu fuerza como madre. Esto es lo más poderoso que tenemos para darle a nuestros hijos. Nadie sabemos lo qué estamos haciendo, pero lo haremos lo mejor posible.
Yo levante la mano cuando preguntaste si a veces me sentía perdida. Y tienes razón, se aprende sobre la marcha, a prueba y error. Siempre tratando de copiar buenos ejemplos y sobre todo, siempre con amor. Gracias por compartir!
Me alegra que te haya gustado, muchas gracias por leerme. ¡Saludos!