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Maternidad

Ser mamá es también volver a ser niña

Volver a ser niña o sentirme como una es algo que pensé jamás podría suceder. Cuando vamos creciendo pasamos por experiencias que nos van alejando de ese pequeño ser humano que alguna vez fuimos: lleno de sueños, alegría e ilusiones. Suena un poco triste, ¿verdad? Pero es la realidad de la mayoría de las personas.

Si bien no nos volvemos unos amargados, sí que cambia nuestra forma de pensar y ver las cosas. Nos volvemos más realistas, menos soñadores. Y dentro de esa transformación también entra un poco de “sangronada”. Dejamos de hacer ciertas cosas con el argumento de que “ya somos adultos” y hasta pensamos que nos veríamos ridículos haciéndolo.

Y entonces, nos convertimos en padres. En mi caso, convertirme en mamá me hizo reconectar con ese lado gracioso que había dejado de lado por mi amargura de adulta y que tenía olvidado en algún rincón de mi mente. Gracias a mi hija, he tenido la oportunidad de volver a ser niña. Así que hoy que celebramos el Día del Niño en México, me gustaría dedicarle unas palabras.

Gracias, Lucía. Por contagiarme tu alegría, tu locura, tus ocurrencias. Por enseñarme tu forma de ver la vida, pero sobre todo por permitirme ser parte de esa visión de niña que es tan bella, pura e inocente.

Porque ser madre no sólo es enseñarte todo lo que creo te servirá y ayudará a continuar siendo una buena persona, sino que también es aprender a ti, gracias a esa oportunidad que me das de volver a ver el mundo a través de tus ojos.

Volver a ser niña es una de las partes que más he disfrutado de ser tu madre, y que espero continuar disfrutando por muchos años más, los que me permitas y los que decidas acompañarme. Porque te aseguro que esto no terminará cuando abandones la infancia.

Has despertado en mí un lado que tenía olvidado: mi lado divertido, relajado, positivo y optimista. Y eso es algo que no quiero que vuelva a irse nunca. Al permitirme volver a ser niña contigo, también me has permitido crecer como persona, mujer y madre.

Protegeré tu infancia el mayor tiempo que pueda, pues es una etapa tan bella y tan fugaz, que debemos valorar cada segundo de ella. Haré todo lo que esté en mis manos para que esa sonrisa que hoy tienes en tu tierno rostro no desaparezca. Sigamos jugando y creciendo juntas.

¡Feliz Día del Niño!

Foto: Madre e hija jugando en Shutterstock

Soy Lucy, diseñadora, editora y mamá millennial. Amo escribir y compartir reflexiones, experiencias y consejos que puedan ayudar a otras mamás. Creo que la maternidad debe tomarse con una taza de café, mucho sentido del humor y un toque de amor propio. Me apasiona hablar de autocuidado, ocio familiar, libros y salud mental

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